El otro día tuve un sueño, inquietante pero a la vez apasionante.
Me hizo despertar con el corazón acelerado por lo que sucedía en el.
He de decir que soy una chica de 18 años que todavía no ha mantenido relaciones...
Sin más preámbulos os relato el sueño:
Yo era una joven periodista, de 20 años, alta, morena, de ojos azules y con gafas.
Mis editores me enviaron a Melilla como enviada especial. Allí comencé a vivir mi vida de reportera, investigando sobre la ciudad a la que me habían enviado e intentando familiarizarme con el entorno.
Ya llevaba unos días allí cuando decidí ir al mercado, a comprar ropas y algo de comida.
En una de las tiendas de ropa me encontré con Hassan(así se llamaba él en mi sueño), quien era un comerciante de unos 30 y algo, alto, moreno y guapo. Mantuve con él una conversación sobre un hermoso vestido de lino que me interesaba.
Finalmente, y tras hacer algunos regates, me propuso una notoria rebaja de su precio si accedía a ser invitada por él a una cena.
Evidentemente, accedí a esa cena dado la notoria rebaja del precio.
Charlamos amistosamente durante varias horas y , ya para el final de la velada me propuso quedar otro día para cenar, pues tenía cosas que preguntarme sobre tejidos y demás.
Accedí y al cabo de un par de días repetimos el encuentro con la diferencia, que al final de esta velada ambos estábamos embriagados por acción de diferentes licores que habíamos consumido.
Así pues, decidí volver al hotel en el que me hospedaba para poder pasar la borrachera...
Él, que sufría los efectos de forma un tanto más leve que la mía, me acompañó hasta mi habitación.
Entramos en ella y continuamos bebiendo y charlando durante un rato.
Final mente, el alcohol pudo con mi resistencia y sucumbí a su poder, Hassan, mientras estábamos bebiendo me había propuesto de hacerlo los dos, esa noche, allí, evidentemente, rechacé esa proposición y él se había quedado un tanto disgustado. Pero al verme sucumbida al alcohol, decidió qe me metería en la cama y pasaría la noche haciéndome compañía.
A la mañana siguiente al despertar y ver que estábamos los dos en el mismo lecho grité, se despertó y me aclaró lo sucedido la noche anterior y me confesó su desagrado ante mi negativa. Entonces le expliqué el por que no podíamos estar juntos, yo era cristiana y él musulmán, las religiones nos impedían de estar juntos y mucho más el hacer el amor entre un cristiano y un musulmán, estuvimos un largo rato sin decir nada, hasta que finalmente él me dijo:
“No me importa tu religión, me importas tú, el amor que siento por ti, no lo siento por mi dios, estaría dispuesto a renunciar todo por tenerte en mis brazos cada día de mi vida. Eres la primera hembra que me ha robado el corazón y eres la primera con quien quisiera tener el placer de hacerlo”
Ante tal respuesta no supe cómo reaccionar, porque ciertamente, yo también me sentía atraída pr el a pesar del conflicto de religiones y la diferencia de edad. Finalmente le respondí:
“En toda mi vida he sentido una atracción similar hacia alguien, la lástima es que ese alguien ere tú, nos separa la diferencia abismal de la religión, pero … por el momento si te parece, estaría dispuesta a hacerlo… y después pensaríamos que hacer”
Finalmente, transcurridas unas semanas, quedamos en otro hotel para hacerlo.
Ambos estábamos muy nerviosos y sin saber muy bien que hacer. Nos besamos los labios y lentamente fue aflorando la pasión de nuestros deseos.
Nos desnudamos hasta quedarnos el uno ante el otro desnudos. Ambos contemplábamos el cuerpo del otro. Yo miraba su piel morena, alguna de las cicatrices que tenía y una que me estremeció en su abdomen, me estremecí al verla y me abstraje durante unos instantes. Finalmente mire su miembro, me asusté, porque era el primero que veía y era inusitadamente grande, tenía miedo que me hiciera daño al hacerlo….
Él, por su parte había posado su mirada en mis senos turgentes y esbeltos y estaba abstraído mirándome mi chochito.
Se percató que miraba su cicatriz, se acercó a mi, cogió mi mano y la puso sobre ella diciéndome que no era nada comparado con lo que podría haberle pasado. Pues resultó que era producto de una pelea que tubo de pequeño.
Viendo que me relajaba continuó acompañando mi mano, acariciando su cuerpo y la colocó en su pene diciéndome” haz con él lo que quieras, que yo hare contigo lo que mandes”
Entonces me agaché, me puse a la altura de su miembro i lo cogí entre mis manos, comencé a darle besos en la puntita y a lamerlo, poco a poco noté como iba poniéndose cada vez más duro y decidí mamárselo, era muy extraño para mi, nunca antes lo había hecho y tenia miedo de morderle por los nervios, intente relajarme y concentrarme en hacérselo bien, mientras él acariciaba mi pelo de repente se agacho i me pregunto “preparada?” a lo cual respondí: “no”
Me tumbó fieramente en la cama y me abrió de piernas, acercó su cara a mi chichito i noté su lengua jugar con él, jugueteaba con mi clítoris y mi vagina cada vez la sentía más húmeda al poco me preguntó: “ahora?” y yo le respondí con un Sí. Se apoyó sobre sus rodillas en la cama y acercó su miembro a mi chochito se tendió sobre mi y me susurró al oído “cuidado que viene”. Entonces me besó los labios y presionó su pene contra mi vagina, noté un ligero dolor que al poco desapareció por la excitación que teníamos ambos. Quiso metérmela más adentro, pero antes me preguntó si aceptaba, respondí que si y entonces noté como su pene entraba entero en mi, noté como me llenaba entera i de mientras me besaba el cuerpo lamía mis pezones i los apretaba con la manos, yo le devolvía los besos y le acariciaba.
Estuvimos así un rato hasta que él notó que se iba a correr y yo sentí lo mismo nos miramos fijamente a los ojos y él se corrió dentro de mi vagina. Pude notar una oleada que inundaba mi vagina y , posteriormente, ambos caímos exhaustos sobre la cama.
Tuve fuerzas para levantarme y dirigirme a la ducha y él se vino conmigo, nos duchamos juntos, continuando con los besos y caricias. Finalmente nos acostamos Y dormimos plácidamente abrazados….
No é que pasó después porque me desperté, pero la cosa prometía bastante
Me hizo despertar con el corazón acelerado por lo que sucedía en el.
He de decir que soy una chica de 18 años que todavía no ha mantenido relaciones...
Sin más preámbulos os relato el sueño:
Yo era una joven periodista, de 20 años, alta, morena, de ojos azules y con gafas.
Mis editores me enviaron a Melilla como enviada especial. Allí comencé a vivir mi vida de reportera, investigando sobre la ciudad a la que me habían enviado e intentando familiarizarme con el entorno.
Ya llevaba unos días allí cuando decidí ir al mercado, a comprar ropas y algo de comida.
En una de las tiendas de ropa me encontré con Hassan(así se llamaba él en mi sueño), quien era un comerciante de unos 30 y algo, alto, moreno y guapo. Mantuve con él una conversación sobre un hermoso vestido de lino que me interesaba.
Finalmente, y tras hacer algunos regates, me propuso una notoria rebaja de su precio si accedía a ser invitada por él a una cena.
Evidentemente, accedí a esa cena dado la notoria rebaja del precio.
Charlamos amistosamente durante varias horas y , ya para el final de la velada me propuso quedar otro día para cenar, pues tenía cosas que preguntarme sobre tejidos y demás.
Accedí y al cabo de un par de días repetimos el encuentro con la diferencia, que al final de esta velada ambos estábamos embriagados por acción de diferentes licores que habíamos consumido.
Así pues, decidí volver al hotel en el que me hospedaba para poder pasar la borrachera...
Él, que sufría los efectos de forma un tanto más leve que la mía, me acompañó hasta mi habitación.
Entramos en ella y continuamos bebiendo y charlando durante un rato.
Final mente, el alcohol pudo con mi resistencia y sucumbí a su poder, Hassan, mientras estábamos bebiendo me había propuesto de hacerlo los dos, esa noche, allí, evidentemente, rechacé esa proposición y él se había quedado un tanto disgustado. Pero al verme sucumbida al alcohol, decidió qe me metería en la cama y pasaría la noche haciéndome compañía.
A la mañana siguiente al despertar y ver que estábamos los dos en el mismo lecho grité, se despertó y me aclaró lo sucedido la noche anterior y me confesó su desagrado ante mi negativa. Entonces le expliqué el por que no podíamos estar juntos, yo era cristiana y él musulmán, las religiones nos impedían de estar juntos y mucho más el hacer el amor entre un cristiano y un musulmán, estuvimos un largo rato sin decir nada, hasta que finalmente él me dijo:
“No me importa tu religión, me importas tú, el amor que siento por ti, no lo siento por mi dios, estaría dispuesto a renunciar todo por tenerte en mis brazos cada día de mi vida. Eres la primera hembra que me ha robado el corazón y eres la primera con quien quisiera tener el placer de hacerlo”
Ante tal respuesta no supe cómo reaccionar, porque ciertamente, yo también me sentía atraída pr el a pesar del conflicto de religiones y la diferencia de edad. Finalmente le respondí:
“En toda mi vida he sentido una atracción similar hacia alguien, la lástima es que ese alguien ere tú, nos separa la diferencia abismal de la religión, pero … por el momento si te parece, estaría dispuesta a hacerlo… y después pensaríamos que hacer”
Finalmente, transcurridas unas semanas, quedamos en otro hotel para hacerlo.
Ambos estábamos muy nerviosos y sin saber muy bien que hacer. Nos besamos los labios y lentamente fue aflorando la pasión de nuestros deseos.
Nos desnudamos hasta quedarnos el uno ante el otro desnudos. Ambos contemplábamos el cuerpo del otro. Yo miraba su piel morena, alguna de las cicatrices que tenía y una que me estremeció en su abdomen, me estremecí al verla y me abstraje durante unos instantes. Finalmente mire su miembro, me asusté, porque era el primero que veía y era inusitadamente grande, tenía miedo que me hiciera daño al hacerlo….
Él, por su parte había posado su mirada en mis senos turgentes y esbeltos y estaba abstraído mirándome mi chochito.
Se percató que miraba su cicatriz, se acercó a mi, cogió mi mano y la puso sobre ella diciéndome que no era nada comparado con lo que podría haberle pasado. Pues resultó que era producto de una pelea que tubo de pequeño.
Viendo que me relajaba continuó acompañando mi mano, acariciando su cuerpo y la colocó en su pene diciéndome” haz con él lo que quieras, que yo hare contigo lo que mandes”
Entonces me agaché, me puse a la altura de su miembro i lo cogí entre mis manos, comencé a darle besos en la puntita y a lamerlo, poco a poco noté como iba poniéndose cada vez más duro y decidí mamárselo, era muy extraño para mi, nunca antes lo había hecho y tenia miedo de morderle por los nervios, intente relajarme y concentrarme en hacérselo bien, mientras él acariciaba mi pelo de repente se agacho i me pregunto “preparada?” a lo cual respondí: “no”
Me tumbó fieramente en la cama y me abrió de piernas, acercó su cara a mi chichito i noté su lengua jugar con él, jugueteaba con mi clítoris y mi vagina cada vez la sentía más húmeda al poco me preguntó: “ahora?” y yo le respondí con un Sí. Se apoyó sobre sus rodillas en la cama y acercó su miembro a mi chochito se tendió sobre mi y me susurró al oído “cuidado que viene”. Entonces me besó los labios y presionó su pene contra mi vagina, noté un ligero dolor que al poco desapareció por la excitación que teníamos ambos. Quiso metérmela más adentro, pero antes me preguntó si aceptaba, respondí que si y entonces noté como su pene entraba entero en mi, noté como me llenaba entera i de mientras me besaba el cuerpo lamía mis pezones i los apretaba con la manos, yo le devolvía los besos y le acariciaba.
Estuvimos así un rato hasta que él notó que se iba a correr y yo sentí lo mismo nos miramos fijamente a los ojos y él se corrió dentro de mi vagina. Pude notar una oleada que inundaba mi vagina y , posteriormente, ambos caímos exhaustos sobre la cama.
Tuve fuerzas para levantarme y dirigirme a la ducha y él se vino conmigo, nos duchamos juntos, continuando con los besos y caricias. Finalmente nos acostamos Y dormimos plácidamente abrazados….
No é que pasó después porque me desperté, pero la cosa prometía bastante
Nenhum comentário:
Postar um comentário